viernes, 27 de noviembre de 2009

El fanatismo

"Una vez que el fanatismo ha gangrenado un cerebro, la enfermedad es casi incurable. He visto convulsionarios que, al hablar de los milagros de san Paris, se enardecían hasta el paroxismo: los ojos les centelleaban, sus miembros temblaban, el furor desfiguraba su rostro, y habrían matado a cualquiera que les hubiera contradicho. (...) Las leyes y la religión no son suficientes para combatir contra la peste de las almas; la religión, lejos de ser para ellas un alimento saludable, se torna en veneno para los cerebros infectados..."

Voltaire.

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